Elena ha recibido una llamada desde Australia en la que su hermana Laia le pregunta si le daría un óvulo para poder tener un hijo con su esposo, Andy. Ella no ha tardado ni dos segundos en contestar que sí, y ahora, está a punto de cruzar medio planeta para someterse al proceso de hormonación y donación. Su hermana mayor, Mercè, se ha empeñado en acompañarla. Será la primera vez en mucho tiempo que estan las tres hermanas juntas. Elena tiene muy claro que haría cualquier cosa por su hermana. A fin de cuentas, son familia.

Cuando una amiga mía me explicó en una mesa entre colegas que viajaría a Australia a darle un óvulo a su hermana para que pudiera ser madre, en seguida surgió el debate: «A mi me parece muy bien», «yo no podría hacerlo», «pero cómo lo tienes que hacer? Tú serás la madre!». Rápidamente ví que había alguna cosa interesante en aquella situación que desafiaba nuestros parámetros sobre qué es la familia.

En un mundo donde este concepto ecoluciona muy rápidamente, nos tenemos que plantear qué quiere decir exactamente esta palabra. La familia viene dada o se puede escoger? La familia es la sangre o es el vínculo? A priori pensamos que todos estaremos de acuerdo con la respuesta, pero en situaciones más complejas, como la que plantea Australia, en seguida notas los límites de estas afirmaciones.

Australia es un road trip que reflexiona sobre los vínculos familiares a partir de la historia de tres hermanas que han perdido el contacto y no son conscientes de la degradación de su relación. Tres hermanes que, aunque han tenido experiencias vitales muy parecidas, se rebelan como extrañas en la edad adulta. Australia es también la historia de tres mujeres que de una manera u otra deben enfrentarse al dilema de tener descendencia o no. Con todo lo que esto conlleva: sus propios miedos y sus presiones, sus deseos y sus frustraciones.

Israel Solà, director